Una buena compañera de trabajo, y con bastante experiencia en la vida, me dio un par de consejos el otro día. Me dijo que, al fin y al cabo, todo lo que consigamos en la vida, lo acabaremos perdiendo, y que por eso hay que aprender a disfrutar de todo lo bueno que tengamos o logremos, y no hacerle caso a lo malo. Y tiene razón. En realidad, ¿de qué sirve lamentarse por perder un trabajo, o por suspender un examen? Sólo para malgastar horas, días o incluso semanas. Es mejor ser positivo, pensar que ya vendrá algo mejor, y seguir disfrutando de aquello que te hace feliz, de tu pareja, de tu familia, de tus amigos, de las sonrisas…
Disfrutad, porque, aunque suene a tópico, sólo tenemos una vida, y no estamos aquí para sufrir, sino para aprovecharla, vivir momentos inolvidables, dejar huella en otras personas y hacer que la gente, cuando te recuerde, piense “esa persona sí que disfrutó de su vida”.
Texto: Vironic
